miércoles, 11 de diciembre de 2013

Día de tormenta, de manta, de sillón…


Días en los que pasa el tiempo y no tienes más que hacer que ver tele, oír música, leer un buen libro  o coger papel y lápiz y ver lo que sale…
En días como los de hoy, donde por matar el tiempo abro esa caja, esa caja maldita, MI CAJA DE PANDORA y todo vuelve…
Vuelven esos momentos de risas, confidencias, de buenos momentos vividos juntos, donde lo bueno primaba sobre lo malo, donde tapabas los errores, donde llorabas de risa, donde escondías las verdades…
Es cierto eso que dice que no hay mas ciego que el que no quiere ver… ¿ y es que cuantas señales necesitamos para ver la realidad? Esa realidad que por más que vemos claramente hacemos todo lo posible por taparlo así como en los días de verano intentamos tapar el sol con un dedo, pero no se puede al igual que pasa con el sol que siempre termina saliendo, la verdad, tarde o temprano sale a la luz…

No me arrepiento de nada de lo que viví, de las mentiras que me creí, pues todo ello a día de hoy me ha servido como experiencia personal, me ha servido para crecer, para aprender a desconfiar,  pero, sobre todo me sirvió  para aprender a CONFIAR…

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