Días en
los que pasa el tiempo y no tienes más que hacer que ver tele, oír música, leer
un buen libro o coger papel y lápiz y ver
lo que sale…
En días
como los de hoy, donde por matar el tiempo abro esa caja, esa caja maldita, MI
CAJA DE PANDORA y todo vuelve…
Vuelven
esos momentos de risas, confidencias, de buenos momentos vividos juntos, donde
lo bueno primaba sobre lo malo, donde tapabas los errores, donde llorabas de
risa, donde escondías las verdades…
Es
cierto eso que dice que no hay mas ciego que el que no quiere ver… ¿ y es que
cuantas señales necesitamos para ver la realidad? Esa realidad que por más que
vemos claramente hacemos todo lo posible por taparlo así como en los días de
verano intentamos tapar el sol con un dedo, pero no se puede al igual que pasa
con el sol que siempre termina saliendo, la verdad, tarde o temprano sale a la
luz…
No me
arrepiento de nada de lo que viví, de las mentiras que me creí, pues todo ello
a día de hoy me ha servido como experiencia personal, me ha servido para
crecer, para aprender a desconfiar, pero,
sobre todo me sirvió para aprender a CONFIAR…